lunes, marzo 31, 2008

Los puñales del Tablón



Otro capítulo de sangre y barbarie explotó antes del partido con Arsenal en la popular de River. Esta vez a la vista de todos, con impunidad, demostrando que la pelea por el poder del manejo de la barra puede cobrarse más vidas como la de Gonzalo Acro.

Esta vez fue en la cancha de Vélez, un lugar elegido por los barras para evitar sanciones al Monumental. La vieja guardia que no quiere ceder nada, copó la popular con cuchillos, manoplas y cinturones, y castigó a los del Oeste hasta sacarlos de la tribuna. El resultado fue previsible: siete heridos, cuatro de ellos con heridas de arma blanca, la mayoría internados en el Hospital Vélez Sarsfield. Hay otro herido, que sufrió una fractura en la base del cráneo con pérdida de masa encefálica, que se encuentra en estado gravísimo internado, con un coma farmacológico, es decir inducido por los médicos.

Sobre este herido hay tres versiones: la primera indica que fue atacado en la pelea en la popular; la segunda, que recibió un golpe durante el cacheo policial y cayó desmayado; y la de la Policía, que asegura que el hombre sufrió un ataque de epilepsia frente a la puerta 2 sobre Juan B. Justo y que al caer golpeó su cabeza contra el pavimento.

Antes, durante y después del partido, la Policía logró detener a 38 barras, que fueron alojados en las comisarías 43ª y 44ª y ya tomó intervención la Fiscalía Correcciónal N° 3, del doctor Guillermo Cichetti. Hay otro herido, que por ahora no fue reportado en ningún hospital, con gravísimas heridas de arma blanca en el abdomen, que no aceptó la asistencia médica. Pero los hechos no pueden analizarse sin cuestionar la inacción de la Policía, que con más de 700 efectivos vio pasar a los violentos por delante de sus narices y no hizo nada para impedirles el ingreso.


Guerra sin fin

A las 15.20, llegaron seis micros por la Avenida Juan B. Justo con La Banda de Gonzalo, la nueva dueña de la barra de River, que tiene a la cabeza a los ex laderos de Adrián Rousseau, hoy apartado de la interna. Ya venían cantando contra los del Oeste porque sabían que los hombres del Turco Stambuli (quien no ingresó a la tribuna y se quedó en los alrededores del estadio) habían ocupado el sector central de la tribuna.

Se agruparon y veinte minutos más tarde ingresaron a la popular sin pasar por ningún tipo de cacheo previo. Ahí desataron una guerra con navajas, facas y manoplas, mientras hinchas comunes corrían desesperados para no quedar en medio de la gresca. Los del Oeste, menos en cantidad, los esperaron sólo con cinturones como sus armas de defensa. Las imágenes fueron tremendas y de ellas se agarró la Federal para tratar de corregir sus errores, pidiéndoselas a los canales y a los fotógrafos para intentar detener a los responsables.
Quienes provocaron el ataque son hombres de la segunda línea de la barra. Los jefes --Joe, Caverna y Martín de Ramos-- estaban por Floresta. Cerca de la estación de ese barrio porteño, la Policía logró detener a 15 barras que iban a su encuentro. También hubo otras detenciones a la salida, donde la Policía organizó cordones en las puertas de egreso para atrapar a quienes habían sido identificados por las imágenes de TV. En total lograron detener a 19 barras más. En ese operativo hubo incidentes, con corridas y forcejeos en los que también hubo dos policías heridos.